Con magia de poesía, Fito Páez en el Auditorio Nacional

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MÁS allá de cualquier lejanía existe un lugar habitado por seres soñadores… se llaman a sí mismos anhelantes… Son los poetas del universo quienes han escrito sobre los cielos sus ilusiones… uno de ellos viajó a este mundo. Fito Páez estuvo anoche en el Auditorio Nacional, con magia de poesía.

Al conjuro de su arte sónico, comenzó el andar de La rueda mágica… colores fantásticos envolvieron aquella enigmática penumbra, solamente se oía esa voz clamando El amor después del amor en un devenir del destino.

Quizá con un dejo de melancolía recordaba un paradójico Pétalo de sal… se tendría que vivir esa existencia a partir de la ilusión o tal vez de apasionada entrega en medio de un navegar entre nubes… se pensaba en Dos días en la vida.

Ataviado de alegre tristeza daba rienda suelta a la emoción de Un vestido y un amor… ese sentimiento que -dicen los enamorados- mueve al universo en aras de encontrar una vereda solitaria para caminarla entre dos.

Aunque no siempre es eterno sin embargo Yo vengo a ofrecer mi corazón puede transformarse en cántico… esas palabras que transportan de un sitio ordinario a un bosque encantado donde habitan duendes, hadas, magos.

La incrédula mirada hace brotar una palabra, creo, porque no se sabe si en realidad se ve una verdad o alguna Mariposa tecknicolor batiendo las alas que semejan reflejos de un espejo en medio del horizonte…

Aquella Mágica hermosura convierte en pétalos lo que pudieran ser espinas… nadie puede arrebatar la ilusión de estar en el lugar que se quiere y cuando así se pueda desear… es propia voluntad, es La ley de la vida que continúa su paso.

En medio del infinito se mira lejana una Torre de cristal… al fin se alcanza con ese anhelo cumplido, ese sueño realizado por el poeta quien sigue andando su vereda al decir Dar es dar… Más allá de la lejanía… Fito Páez